En estas fechas tan familiares, tan entrañables cuando nos reunimos alrededor de una mesa con nuestros seres queridos, cuando recordamos a aquellos que no están con nosotros, quiero expresaros mis mejores deseos de felicidad para estos momentos y para el próximo año que está a punto de comenzar.
Y he querido hacerlo desde Arnedo desde este lugar y desde esta ciudad que va a ser protagonista con la celebración de La Rioja Tierra Abierta, un referente para nuestra región, para nuestra tierra, para nuestra Rioja, que puede mirar al pasado y sentirse satisfecha y que tiene capacidad para afrontar con optimismo, confianza e ilusión el futuro.
Del futuro quiero hablaros. Creedme si os digo que hay razones para la esperanza. La economía española ha pasado de la recesión al crecimiento, y esos vientos de mejora nos benefician. La Rioja está saliendo de la crisis. Tened por seguro que 2015 será mejor que el año que termina, y nos permitirá avanzar por el camino de la recuperación, la creación de empleo y el bienestar.
Todos los días tenemos cien motivos -al menos- para celebrar con orgullo que somos riojanos. Pero no todos los días un grupo de riojanos puede celebrar con orgullo cien años. Y eso es lo que hicieron, lo que hicimos, el pasado sábado los riojanos en San Sebastián.
16 de noviembre del 13, fecha del centenario de la fundación de la Casa de La Rioja en Guipúzcoa, que lo hizo en sus orígenes bajo el nombre de Círculo Riojano de San Sebastián y actualmente llenan de vida e iniciativa Emilio Arenzana y su equipo de colaboradores.
Hace justo cien años un nutrido grupo de riojanos fundó la Casa de La Rioja en Guipúzcoa durante una histórica asamblea celebrada en el Teatro Victoria Eugenia, cuyo gerente era el riojano Federico Ferreirós, y prendió una mecha que aún hoy alumbra a la colonia de riojanos que viven en San Sebastián y otras localidades guipuzcoanas.
Por eso, en primer lugar, es necesario reconocer el esfuerzo de todos los hombres y mujeres que han hecho posible este centenario, desde su primera sede en el Café del Balneario La Perla hasta la actual, situada en el paseo de Salamanca, sin olvidar el gran trabajo realizado en los años 90 por Luis Fernández para recuperar el prestigio perdido.
Esta efeméride nos permite poner en valor la importante labor de difusión de nuestra región que, a través de sus más de 2.500 socios, realizan los 18 centros riojanos (11 en el exterior) y el gran impulso que éstos han dado a las relaciones de todo tipo con las comunidades o países donde están establecidos.
De entre todos ellos, la Casa de La Rioja en Guipúzcoa es el segundo más antiguo y, a lo largo de estos cien años, no sólo ha permitido a sus miembros mantener los vínculos con nuestra tierra, sino que ha ayudado a forjar lazos de entendimiento y amistad entre riojanos y vascos.
Todo ello ha contribuido a que se nos conozca mejor en el País Vasco y a hacer región. Porque La Rioja somos todos y la hacemos entre todos. Los de dentro y los de fuera: aquellos que viven lejos de su tierra, pero que no por ello han dejado de ser y sentirse riojanos, pues ser riojano es un orgullo, una actitud ante la vida y un modo de ser.
Fotografías: EFE / Juan Herrero.
Este pasado fin de semana el municipio de Autol se ha volcado en cuerpo y alma en promocionar, a través de sus jornadas, los dos productos que le dan fama nacional: el champiñón y la seta. Productos que ya se han convertido en un icono de la localidad, como el Picuezo y la Picuela. Y eso hay que felicitarlo.
Cuando muchas personas dedican muchas horas de trabajo, de ilusión y empeño para atraer gente a su localidad y divulgar las bondades del champiñón, el objetivo se consigue. Y por eso, cada año más gente conoce su calidad, y cada año aumenta el consumo de este sector, que aúna hasta decenas empresas en torno a la Marca de Garantía ‘Champiñón y setas de La Rioja’.
Un pueblo unido, como he dicho volcado; con un alma máter que se desvive las 24 horas del día como es Cati, su alcaldesa; de la mano de todas las instituciones y de la mano del sector; para todos juntos hacer Rioja, porque cuando hablamos de champiñón estamos hablando de La Rioja: somos los principales productores de España (60.000 toneladas de champiñón y más de 5.000 toneladas de seta). Y no olvidemos que en La Rioja se concentra el 8% de la producción europea.
Jornadas así unen un municipio, le dan vida, lo revitalizan y le dan mucho impulso. Tanto industrial, como turístico y gastronómico. Estas jornadas, en su quinta edición, han sabido aunar la divulgación de lo nutritivo y culinario, de la apuesta por la innovación de sus empresas, la internacionalización… como una amplia oferta de ocio que recorría el deporte, la artesanía, el teatro… Todo ello se traduce en un éxito de afluencia de público extraordinario. Hasta el tiempo –en estas alturas del año- fue buenísimo.
Por eso quiero felicitar de corazón a todos los catones por saber reivindicar el segundo sector económico con más peso de nuestra región. Y hacerlo con proyección de futuro, planteando que hay mucho potencial por recorrer, con un claro objetivo, consolidar las empresas y crear todavía más empleo gracias a un producto, que como bien pude comprobar, está para chuparse los dedos.
En mi nombre y en el de todos los riojanos quiero manifestar el apoyo a la candidatura olímpica de Madrid 2020. Los riojanos creemos firmemente en los valores olímpicos que la candidatura defiende, así como en la integración social a través del deporte. Compartimos con el resto de comunidades, con España entera, esa pasión por el deporte por la que nuestro país es conocido internacionalmente, gracias a tantos talentos deportivos y a la experiencia en la organización -ya demostrada- de eventos internacionales.
La candidatura española es la más sólida y la más desarrollada, ya que es la que cuenta con más instalaciones construidas, y ha sabido incluir enclaves históricos tan emblemáticos como el parque del Retiro o la plaza de Las Ventas entre las diferentes sedes que acogerán las pruebas deportivas. Además, contamos con la unidad de todas las instituciones encabezadas por la Casa Real, en pro de un proyecto común, que sin duda estimulará el desarrollo económico, dinamizará la actividad industrial y comercial, generando empleo, atraerá inversiones y promoverá el turismo, potenciando en todo el mundo la Marca España.
En el proyecto político que este Presidente defiende el deporte siempre ha jugado un papel fundamental. De hecho, La Rioja es la comunidad española que más invierte por habitante en materia deportiva y la región con mayor índice de participación en los Juegos Escolares. A ello, como logroñés, se suma el orgullo de que esta ciudad, Logroño, haya sido galardonada con el título de Ciudad Europea del Deporte para 2014.
Ha sido un largo camino desde febrero de 2012, cuando se volvió a considerar Madrid como Ciudad Aspirante, hasta este sábado, fecha en que todos los riojanos esperamos que nuestro país sea el elegido para volver a acoger, casi tres décadas después, unos Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Y será precisamente en Buenos Aires, una ciudad que tantos emigrantes riojanos acoge, la encargada de designar la siguiente sede. Allí, en la ciudad porteña, tendremos los riojanos el corazón: todos, desde los más jóvenes hasta los más mayores, ilusionados para que este sueño se haga realidad.
Sólo el esfuerzo, la dedicación y el trabajo en común consiguen que un proyecto alcance el éxito y con los años pueda cumplir su 50 aniversario. Los hombres y mujeres que apostaron en la Nájera de 1963 por aunar fuerzas y crear la bodega cooperativa de Nájera sabían que ésa era únicamente la clave para conseguir que su empresa saliera adelante. El paraje, la materia prima y el saber hacer eran garantías de un futuro esperanzador.
El modelo de cooperativas está demostrando su competitividad y su capacidad para hacer frente a las adversidades en la actual coyuntura económica. Se trata de una magnífica recompensa al trabajo que realizan los agricultores para extraer la mayor calidad de sus viñedos, con los que se elabora un gran vino de Rioja que nos permite estar presentes en los mercados internacionales de manera notoria y privilegiada.
Medio siglo después se su creación, les rendimos homenaje a los 126 socios fundadores y a los expresidentes de la Sociedad Cooperativa Bodega Real de Nájera, que suma en la actualidad 200 socios, que en conjunto reúnen una superficie de 640 hectáreas dedicadas al cultivo de vid dentro de la DOC Rioja, y producen cerca de 4,5 millones de kilogramos de uva cada año.
Me alegra profundamente poder asistir hoy en este Palacio de Bendaña a la inauguración de la exposición ‘Haro: Luces de la Modernidad’, sexta edición de ‘La Rioja Tierra Abierta’, que organizan el Gobierno de La Rioja y la Fundación Caja Rioja, porque supone un día histórico para Haro y sus gentes, lo que significa que también lo es para La Rioja y todos los riojanos.
Esta edición de ‘La Rioja Tierra Abierta’ es algo más que la continuación de una de las iniciativas culturales y de proyección de La Rioja más importantes de cuantas se celebran en el territorio riojano, destinada a recuperar parte de nuestra historia. Esta muestra no es la continuidad de nada, sino el principio de algo; se trata del inicio de una nueva era para Haro y los jarreros.
Con motivo de la exposición ‘Haro: Luces de la Modernidad’ y la reforma y rehabilitación de este palacio renacentista del siglo XVI, tengo la impresión de que Haro puede abrir un periodo de prosperidad y crecimiento, si esta ciudad tan íntimamente ligada al vino es capaz de transformar esta circunstancia en polo de atracción turística, referente de identidad y factor de desarrollo económico.
Los jarreros tienen en sus manos una excelente oportunidad de futuro, que puede marcar un antes y un después desde el punto de vista cultural, turístico y económico, por lo que deseo invitarles a hacer un esfuerzo para dar a conocer nuestra tierra y convertirse en embajadores de Haro, a fin de atraer el mayor número de visitantes, generar riqueza y crear empleo.
Fotografía de Camila Pastorelli
Presentaba hace unos días la próxima edición de La Rioja Tierra Abierta, que tendrá lugar en Haro desde marzo a octubre de 2013. ‘Luces de modernidad’ recorrerá el auge económico de la ciudad jarrera en el siglo XIX en varias sedes, entre ellas, el edificio del Banco de España. Y es que Haro fue una de las siete ciudades españolas, que sin ser capital de provincia, contó con sucursal del Banco de España, concretamente desde 1892, debido a la pujanza de la actividad vitivinícola tras las plagas de filoxera en Francia, que acabaron con los viñedos de dicha nación.
Siete años antes, en 1885, abría sus puertas la primera sucursal de Logroño, concretamente en el número 8 de la calle Mayor; el edificio que hoy todos conocemos, también en el número 8 de Vara de Rey, se inauguró en 1957 coincidiendo con el crecimiento de la ciudad en torno al nuevo trazado del ferrocarril a lo largo de Gran Vía. Su arquitecto José Yarnoz, creó un modelo de fachadas a nivel nacional para el Banco que representaba la oficialidad, la solemnidad: ocho pilastras con capitel corintio de estilo greco-romano jalonan su fachada, y en el interior, el mármol y la madera nos hacen volver a respirar el ambiente de mediados de siglo.
Tras 54 años de funcionamiento, el banco cerraba sus oficinas al público el 31 de mayo de 2011. En la actualidad, gracias a la pronta gestión del Presidente del Gobierno de la Nación, el edificio vuelve a formar parte del patrimonio de los riojanos. Era una de nuestras reivindicaciones y algo que se había prometido a los riojanos. Un edificio emblemático ubicado en el mejor lugar de la ciudad de Logroño que se unirá al patrimonio institucional al servicio de todos.
PD: Galerías de la visita en larioja.com y larioja.org.
Málaga ha acogido este fin de semana la Convención Nacional de mi partido. Estos eventos, fuera de programa, nos brindan la oportunidad de ver a viejos amigos, con los que no es tan fácil coincidir en el día a día. Pero también permiten conocer otras ciudades, su historia y su cultura, que en ocasiones como ésta, resultan emparentadas con La Rioja.
A Málaga llegaron un grupo de riojanos emprendedores durante la industrialización del siglo XIX, serranos procedentes del Camero Viejo, que se instalaron en la ciudad como promotores industriales y comerciantes. Dos alcanzaron renombre y dos de las principales calles de Málaga, llevan nombre riojano, la popular Marqués de Larios (nada más y nada menos) y la importante avenida Manuel Agustín Heredia (conocida como Muelle Heredia).
Manuel Agustín Heredia Martínez nació en el seno de una modesta familia de Rabanera en 1786. Fundador de la ferrería La Concepción, llevó a ser considerado entonces uno de los mayores empresarios de la Península, ya que daba empleo a más de 800 personas.
“Constantia et labore” fue el lema de Heredia y de su ferrería, un lema que me hace sentir orgulloso de su ascendencia riojana. Llegó a ser síndico, regidor y senador electo y vitalicio de la ciudad de Málaga.
¿Quién no ha paseado por Marqués de Larios si ha visitado Málaga? Debo reconocer que hasta ahora no sabía que debía su nombre a Martín Larios y Herreros, natural de Laguna de Cameros. Este camerano llegó a ser presidente de la Junta de Comercio, director del Banco de Málaga, promotor del ferrocarril Málaga-Córdoba y dueño de las industrias textiles La Malagueña o La Aurora, con más de 700 operarios a su cargo.
Recorrer el casco histórico de Málaga es descubrir en cada paso la historia de la familia Larios, porque financiaron la construcción de un asilo y un convento, el coste de las vidrieras y el reloj de la Catedral, entre otras actuaciones. Pero la ciudad le rindió el mayor de sus honores al poner su nombre a su calle más célebre porque fue quien proyectó y financió una obra necesaria para la Málaga de entonces por motivos de higiene y salubridad.
Con este pequeño homenaje, espero que el corazón social y comercial de Málaga sea desde hoy un poco más riojano. Un poco más conocido. Uno, en días como hoy, se siente especialmente de orgulloso de haber nacido en La Rioja.
Cuando alguien querido nos deja, es bueno volver a juntarse con los suyos, recordarlo, y hacerlo con alegría, como era él. Este sábado los igeanos y los amigos de Manolo Sáez-Benito le rendimos en su pueblo natal un pequeño homenaje musical, como a él le hubiera gustado. Y para ello, nada mejor que la rondalla del Linares, de la que formó parte con su guitarra, y las notas del folclore “De La Rioja, Navarra y Aragón”, tal como rezaba el título del concierto.
Manolo fue un riojano ejerciente, y un hombre de partido y de gobierno. Muchas veces solo hablamos de Consejeros, Directores, altos cargos, pero son incluso más importantes tantas personas como él, que desde su puesto en la consejería, o en las diferentes comisiones del partido, de forma discreta trabajó incansablemente durante años por mejorar nuestro sistema educativo.
No puedo negar que me emocioné cuando vi a sus hijas y a Loli, su mujer, a quien no esperaba, en un salón del centro social más que abarrotado. Emociona ver el cariño que pone un pueblo como Igea cuando pierde a uno de los suyos, a una persona todavía joven, que se sentía igeano y así lo manifestaba casi todos los fines de semana, en puentes y vacaciones, en cuanto el trabajo le dejaba algunos días libres. La música en las venas con la rondalla, como su hermano, José Luis, o como su tío, Ángel. Siempre dispuesto, generoso, fue uno de los fundadores de la asociación Igeensis. Alegre, siempre activo, todavía le recuerdo no hace muchos años jugar al fútbol sala en el torneo en el que durante décadas colaboró.
Pero por encima de todo Manolo fue un hombre, en el buen sentido de la palabra, bueno, y eso es lo que sus amigos agradecemos y recordamos. Nunca muere el que permanece en la memoria de los que le quisieron.
Alfaro se ha convertido esta semana en la verdadera capital de La Rioja. La inauguración de la quinta edición de La Rioja Tierra Abierta convierte a la ciudad alfareña en el foco de atención cultural, turística y económica de nuestra región durante los próximos meses. Por los menos hasta el 12 de octubre, fecha en que se clausura la exposición. Y digo Ciudad, porque ese título que le otorgara Felipe IV, hace ahora 400 años atrás, es el que nos hace mirar a una época, la del barroco español, la España de los Austrias, que supone el leitmotiv de la muestra.
Alfaro resplandece con el siglo de Oro y reivindica el arte de su Colegiata en todo su explendor: el trabajo de las distintas Administraciones Públicas, Fundación Caja Rioja y la Diócesis han conseguido recuperar el patrimonio histórico-artístico de Alfaro, de incalculable valor, y poner en valor la colegiata de San Miguel, prueba fehaciente de la voluntad de un pueblo y el principal legado de esta exposición.
Un pueblo que ha querido implicarse con entera voluntad. Un municipio que pretende recuperar su orgullo a través de una exposición que supone ya un aliciente, un motor para el desarrollo del sector turístico y del sector servicios de Alfaro, una exposición que va a marcar un antes y un después en la historia de la ciudad.
Son cinco ediciones ya y no me equivoco si digo que no hay quinto malo. Quisimos en su día organizar una muestra que diera a conocer La Rioja más allá de nuestras fronteras, que pusiera en valor los recursos patrimoniales, naturales y culturales de nuestra región, y que contribuyera a la profunda transformación que hemos ido experimentando en los últimos tiempos. Y personalmente estoy convencido de que Alfaro barroco ha superado todas las expectativas.
No se la pierdan.