Hoy es un día lleno de simbolismo para todos los logroñeses y para todos los riojanos, en el que tenemos la oportunidad de compartir, todos juntos, el resultado de un año de duro trabajo y, lo que es más importante, un día en el que reafirmamos lo que significa sentirse íntimamente ligado a esta tierra.
Cada año es distinto y especial, lleno de experiencias y de retos que los riojanos afrontamos con aquello que nos identifica: nuestra capacidad de sacrificio, nuestro gusto por el trabajo bien hecho, nuestro orgullo por nuestro pasado y nuestras tradiciones, nuestra apuesta por romper fronteras, por innovar, por emprender, nuestro compromiso con las personas con mayores dificultades, nuestra aportación decisiva al futuro de España.
Y para celebrarlo nos reunimos hoy todos en torno al fruto más preciado de nuestra tierra, el primer mosto que surge con fuerza imparable de cada rincón de La Rioja para que podamos ofrecérselo a nuestra patrona, la Virgen de Valvanera.
En ese tren íbamos todos. Toda La Rioja y toda España sintió como suya la tragedia desde el primer minuto. Días después del accidente supimos que también viajaban en él dos riojanos: Rosa María, de Logroño, y Francisco, de Alfaro. Toca investigar las causas, las responsabilidades, y trabajar por mejorar la seguridad de nuestro sistema viario.
Pero hoy no cabe sino estar con las víctimas, con sus familias, apoyarles en lo que necesiten. Acompañarles en el Funeral Oficial que se ha oficiado en la Catedral de Santiago. Descansen en paz.
Solidaridad con Galicia, con el pueblo gallego, con Santiago de Compostela, y sobre todo con los heridos y los familiares de todas las víctimas. Eso es lo que queremos transmitir desde La Rioja, nuestras condolencias, todo nuestro apoyo y disposición para colaborar.
A pesar de la consternación y el hondo pesar que todos sentimos esta mañana del 25 de julio, la tragedia vivida anoche nos hace reflexionar sobre la grandeza de las gentes de este país. Centenares de personas movilizadas desde el primer minuto para ayudar, llevando mantas, enseres, haciendo largas colas para donar sangre para los heridos.
Los pueblos gallego y riojano han estado siempre hermanados por nuestras raíces culturales, por nuestra tradición y han estado unidos históricamente por el Camino de Santiago. Pero no hay camino sin peregrinos, y es la solidaridad de esos peregrinos el mejor de los valores que nos haya dejado la ruta Jacobea.
Ese espíritu solidario ha estado siempre presente en La Rioja y en Galicia porque por encima de rutas y caminos, lo que nos une son las personas. Hace 10 años, durante la tragedia del Prestige los riojanos demostraron ese valor de la solidaridad con el pueblo de Muxía. Hoy lo volvemos a expresar: el pesar y el cariño a las familias de los fallecidos –cuyo número aun no cesa de crecer-, el calor y nuestros deseos de una satisfactoria recuperación a los heridos, la colaboración entre instituciones, y todo nuestro agradecimiento a trabajadores y voluntarios de los cuerpos de emergencias.
Sólo el esfuerzo, la dedicación y el trabajo en común consiguen que un proyecto alcance el éxito y con los años pueda cumplir su 50 aniversario. Los hombres y mujeres que apostaron en la Nájera de 1963 por aunar fuerzas y crear la bodega cooperativa de Nájera sabían que ésa era únicamente la clave para conseguir que su empresa saliera adelante. El paraje, la materia prima y el saber hacer eran garantías de un futuro esperanzador.
El modelo de cooperativas está demostrando su competitividad y su capacidad para hacer frente a las adversidades en la actual coyuntura económica. Se trata de una magnífica recompensa al trabajo que realizan los agricultores para extraer la mayor calidad de sus viñedos, con los que se elabora un gran vino de Rioja que nos permite estar presentes en los mercados internacionales de manera notoria y privilegiada.
Medio siglo después se su creación, les rendimos homenaje a los 126 socios fundadores y a los expresidentes de la Sociedad Cooperativa Bodega Real de Nájera, que suma en la actualidad 200 socios, que en conjunto reúnen una superficie de 640 hectáreas dedicadas al cultivo de vid dentro de la DOC Rioja, y producen cerca de 4,5 millones de kilogramos de uva cada año.
Mariví me acompaña pocas veces en los actos de mi agenda diaria, con la excepción de los principales actos institucionales. Pero el de ayer era un día especial: ambos teníamos ganas de volver a visitar el que a mí me gusta llamar el monasterio de la Luz, el de Cañas, una de las joyas más hermosas de nuestra región.
Y es que ayer se celebraba en Cañas la festividad de San Bernardo de Claraval, que da nombre a las monjas ‘bernardas’ cistercienses. El pueblo al completo -el pueblo que vio nacer a Santo Domingo, al que después llamaran de Silos- abarrotó la iglesia de los grandes ventanales de alabastro blanco, cuya luminosidad encandila a propios y forasteros, para acompañar a las monjas de clausura, que mantienen la abadía, en su día grande. Unas mujeres que no conocen la crisis, que a otros tanto nos preocupa, porque han vivido siempre desde la sencillez y la alegría.
Por eso, una visita a Cañas siempre hace reflexionar; obliga a mirar hacia adentro y pensar con qué austeridad todavía viven personas muy cerca de nuestro entorno; y hace echar también la mirada atrás, a nuestra historia, valorar más el patrimonio que tenemos, nuestro potencial turístico. La Rioja apetece y monasterios como el de Cañas, lo merecen.
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La fotografía es de Fernando del Valle.
El agua fue protagonista ayer domingo, y no me refiero a la de la lluvia, que hizo que mucha gente se quedara en casa, sino a la del Najerilla, el río que traviesa Nájera, la ciudad que le da nombre. Un río que une a los pueblos de la sierra -como dicen los propios serranos- con La Rioja; que une Cameros y la Demanda con el valle del Ebro. Uno de esos siete ríos que articulan, como siete venas, nuestra comunidad, dándole vida.
Y me quedo con esa idea de unión, reflejada en las aguas del Najerilla, y simbolizada en la nueva pasarela que inauguramos ayer. El cuarto de los puentes de Nájera se llama ya el de los pescadores, en honor a tantos aficionados a la pesca que hay en la comarca, zona truchera de La Rioja por excelencia. Una unión simbolizada también en tantos najerinos que nos acompañaron y que unían, con su presencia, un lado y otro del río, desde el barrio de Peñaescalera hasta la zona del frontón municipal. Ellos, los vecinos, son el reflejo del crecimiento de la ciudad; ellos reclamaban, con gran razón, esta cuarta arteria, y el buen hacer de su alcaldesa, Marta Martínez, ha conseguido que la obra esté concluida.
Pero las truchas no son el único producto de calidad de la zona. Ya les he hablado otras veces de la identificación que hay en este valle entre pueblos y marcas: el chorizo de Baños, el caparrón de Anguiano, y cómo olvidarnos de la Nuez de Pedroso. Por ello, sus vecinos celebraban este fin de semana la XIV edición del Festival de la Nuez, haciéndolo coincidir, como ya es costumbre, con la fiesta de la Virgen del Patricinio. Y es que Pedroso ha sabido identificarse y proteger un producto de extraordinarias características, fomentando su cultivo y dándose a conocer, aún más, gracias a él.
Un abrazo desde aquí a Elena Prior, su incansable alcaldesa, por el buen trabajo que está realizando; a los miembros de la Asociación Cultural El Roble por la excelente organización; a las personas que atendieron cada uno de los 25 puestos que había (aunque ya tuve la ocasión de saludarlos a todos ayer); y especialmente a los niños y jóvenes del grupo local de danzas, que tan bien interpretaron la Danza de Pedroso, para relacionar el folclore de esta comarca, tan rico, con su tierra, sus productos y sus gentes.
Como uno más. Siempre he defendido que los políticos debemos ser, allí donde vayamos, como uno más. Y trabajar como los primeros. Por eso, ayer tuve el placer de colaborar con los vecinos de , echando una mano en el reparto de la popular patatada. Si los políticos adoptáramos más veces esta actitud, no tendríamos tan mala prensa.
Ayer, en mi visita a Bañares, me quedé gratamente sorprendido de la gente que acude al municipio en fiestas y del excepcional ambiente festivo que allí se respiraba. Más de mil personas se concentraron en el parque de La Salceda para degustar la patatada, que según me contaron, remonta sus orígenes 30 años atrás: al parecer, aquel año, se mató un novillo durante las fiestas de San Formerio, y desde entonces, con ternera o simplemente con chorizo, no ha habido año que no se haya celebrado comiendo las tradicionales (y económicas) patatas, por otro lado, un producto tan propio de la zona.
Mis saludos a los concejales que tan bien nos trataron, Juan José, principal anfitrión, Teresa, Enrique, junto a los alcaldes de Santurdejo y Villarta, Carmelo y José Miguel.
Pero de entre todas las personas con las que coincidí, quiero destacar ese saludo cálido, esa mirada profunda, que me transmitió Casimira, una abuela de Bañares de 92 años con la que pude conversar. Su familia llevaba el estanco, ella trabajó en la centralita telefónica del pueblo. Ahora son los móviles, los blogs, las redes sociales, lo que está de moda. A ella, y a todos esos mayores que han sabido con su trabajo construir nuestros municipios, el más atento de mis saludos.
Los Milagros del Santo, una cita ineludible El Santo calceatense sigue actuando 10 siglos después, en lo que se ha convertido en un clásico del verano, Los Milagros del Santo (http://www.losmilagrosdelsanto.org), una representación teatral que narra la vida y milagros de Domingo García. Una cita ineludible con la localidad después de 18 ediciones celebradas, junto a las fiestas del Santo en mayo o las Ferias de la Concepción en diciembre.
Hace unos meses reseñaba en este blog una joya del patrimonio riojano, el auto sacramental que también se representa en San Domingo, y lo hacía para poner en valor la riqueza cultural de La Rioja y del esfuerzo y colaboración de sus gentes. Algo similar ocurre en Nájera, con sus evocaciones najerenses (a las que siempre asisto), o Calahorra, véase Mercafórum, la semana santa, etc. Una actividad cultural de la que también debemos presumir.
Ese joven Domingo que derrocha fuerza y energía, ingeniero, constructor de puentes y calzadas, evoluciona a lo largo de la representación hasta el santo abuelito, protagonista de tantos milagros y principal promotor de la fe cristiana y del camino a Santiago. Los gallos, los caballos, hasta la propia plaza, todo tiene un papel relevante en cada actuación para conseguir esa atmósfera espiritual y mágica que se respira en la Plaza de España cada mes de agosto. Y no menos digno de destacar, es el pasacalles previo que realiza todo el elenco de actores por la localidad.
Con un afán de superación que permite que cada año haya nuevos pasajes y nuevos paisajes de nuestra historia y de nuestra tierra, como el de la crecida del río Oja que han insertado este año, pero mejoras técnicas que actualizan los milagros y los ponen en valor con las últimas tecnologías en materia escénica.
Desde aquí mi saludo y mi agradecimiento a los más de 200 vecinos, aficionados al teatro, voluntariamente, con el único afán de honrar a su Santo y a su pueblo, Santo Domingo, unos jóvenes, noveles, y otros muy veteranos ya. Son representaciones que hacen pueblo, porque afianzan la identidad de sus vecinos en torno a una figura que les sigue uniendo, por encima de las creencias religiosas. Gentes que durante el año viven en Logroño o fuera de La Rioja, ensayan y colaboran con sus convecinos para que su municipio y su Santo sean cada vez más internacionales.
Más de 2000 asistentes cada año demuestran que nuestra historia interesa a nuestros vecinos y a las personas que nos visitan en verano. Por eso, a todo el municipio de Santo Domingo, a la Asociación Teatral Calceatense, a su presidenta, y al director de la representación, Pablo Calvo, mi enhorabuena, mi apoyo y mis ánimos para que en 2011 sea aún más exitosa que este año la función.
Ayer, día 9 de mayo, celebramos el Día de Europa. Aunque para muchos esta unión no sea más que una alianza de intereses y de economías, yo considero Europa como una unión de estados, de pueblos diferentes, de gentes muy diversas, pero con unas raíces culturales comunes. Y ahí, La Rioja comparte ese espíritu europeo de eliminación de fronteras y desigualdades: somos cruce de caminos, una tierra abierta siempre a personas, peregrinos y vivencias.
Y nuestra principal puerta a Europa ha sido desde siempre y es el Camino de Santiago. La ruta jacobea es una de nuestras principales señas de identidad, sobre todo fuera de nuestra Comunidad. La Rioja es conocida internacionalmente por la calidad de nuestros vinos y por ser cuna de la lengua española, pero también presumimos de formar parte del Camino de Santiago, el Primer Itinerario Cultural Europeo y Patrimonio de la Humanidad.
La referencia de un obispo peregrino francés, Gotescalco, en el año 950, en el monasterio de San Martín de Albelda; la batalla de Clavijo; la leyenda del peregrino ahorcado; la figura de Santo Domingo y la propia localidad; etc., son hitos en nuestra historia que nos emparentan con el Camino, y con tantos pueblos y gentes que lo conforman y lo viven.
Por eso, y por otras muchas razones, el pasado miércoles día 5, tras recorrer a pie varios kilómetros de la ruta jacobea (ya he contado en mi perfil que una de las cosas que me gustaría hacer en la vida es recorrerlo entero) hasta llegar a la Catedral de Santiago, los presidentes de Navarra, Castilla y León, Galicia y La Rioja (comunidades que atraviesa el Camino francés) firmábamos un protocolo de colaboración para coordinar las actuaciones del Año Jacobeo. Todo un honor y un deber para celebrar desde La Rioja el Día de Europa.
PD: Las fotografías las tomaron durante la visita al tejado de la catedral. Os puedo asegurar que las vistas son impresionantes. Una visita realmente aconsejable.