Gracias José Antonio

José Antonio Merino Hernáiz falleció el jueves 6 de noviembre, a los 73 años.

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Los que le conocimos, vecinos de Cañas y de la comarca, miembros del Partido Popular de La Rioja… sólo podemos tener palabras de cariño, de agradecimiento y reconocimiento para José Antonio Merino, alcalde de Cañas.

Él, como tantos otros alcaldes y concejales, es un ejemplo, un referente para todos los que entendemos la política como servicio público. Con él, como con tantos otros, hemos vivido momentos de enorme satisfacción al ver cómo mejoraba su pueblo gracias a su tesón, gracias a una labor desinteresada que sólo buscaba el bien común.

En estos días, su familia, su mujer Felisa, sus hijos y nietos, merecen junto a él nuestro reconocimiento y, por supuesto, nuestro apoyo por la repentina desaparición de José Antonio. Aunque nada sirva para consolar su dolor, estoy seguro que les reconfortará poder sentirse orgullosos de un marido, un padre y un abuelo ejemplar. Podéis y debéis sentiros orgullosos de haber sido parte fundamental de la vida de una persona comprometida, con valores y principios.

Como he dicho públicamente otras veces, son los alcaldes y concejales como José Antonio el mejor ejemplo para el Partido Popular, el espejo en el que se mira esta organización política. Él dedicó a su pueblo 35 años de servicio en el Ayuntamiento como concejal primero y luego como alcalde.

Esto es la política en La Rioja. Personas como José Antonio Merino, miembro del Ayuntamiento de Cañas desde la primera legislatura de la democracia, en 1979. Personas que han dedicado parte de su vida a trabajar por sus municipios en los 174 ayuntamientos riojanos sin recibir por ello más gratificación que el reconocimiento de sus vecinos.

Precisamente ahora, cuando tan denostada está la política, resaltamos, agradecemos y elogiamos el esfuerzo, la dedicación y la entrega de alcaldes y concejales como José Antonio. De cientos de personas en nuestra comunidad, como en el resto de España, que dedican su tiempo a sus ayuntamientos sin ningún beneficio económico y sólo por la satisfacción de ver mejorar sus municipios o, sencillamente, por trabajar para los demás, que es la esencia de la política entendida como servicio público.

Por todo esto, y por una relación que va más allá de la lo público, muchas gracias José Antonio.

Eterno Titín

Un mes después de su retirada, se le echa de menos en los frontones. Tras 22 años como profesional, el pasado día 5 de octubre, Titín III, el mejor delantero de la historia de la pelota,  se despedía de la competición.

En estas semanas hemos podido leer todos los elogios posibles hacia su figura: el más grande, el más veterano, el mejor gancho, el mejor defensor, un gran compañero, el pelotari más espectacular para el aficionado, el más rentable para las empresas… Yo me quedo con dos, el más cercano y el más trabajador. Cercanía y trabajo, pues lo ha dado todo dentro y fuera de los frontones para la afición.

Tirarse al suelo hasta la última pelota; firmar cuantos autógrafos le pidieran… Humildad y entrega, en la que se han visto reflejados tantos y tantos riojanos. En cada triunfo, en cada chapela conseguida, ha lucido con orgullo la bandera de su tierra.

Pero Titín III ha sido querido no solo por la afición de La Rioja, sino por todo aquel aficionado amante del espectáculo. Y es que en ese sentido, el de Tricio ha sido un revolucionario de la pelota: existe un antes y un después en el estilo de jugar a pelota. No le bastaba el triunfo, sino que buscaba levantar del asiento al espectador, apasionar y crear afición.

Y es ése el mejor legado que nos deja, una hornada de decenas de niños y jóvenes pelotaris riojanos que pronto cosecharán grandes triunfos. Se nos va, pero nos queda el maestro. Decimos adiós a un pelotari, pero ha nacido una leyenda. Nos quedamos sin Titín pero siempre nos quedará Augusto Ibáñez.