1913-2013, cien años en el corazón de San Sebastián

1913-2013, cien años en el corazón de San Sebastián
Todos los días tenemos cien motivos -al menos- para celebrar con orgullo que somos riojanos. Pero no todos los días un grupo de riojanos puede celebrar con orgullo cien años. Y eso es lo que hicieron, lo que hicimos, el pasado sábado los riojanos en San Sebastián.
16 de noviembre del 13, fecha del centenario de la fundación de la Casa de La Rioja en Guipúzcoa (www.casadelarioja.com/), que lo hizo en sus orígenes bajo el nombre de Círculo Riojano de San Sebastián y actualmente llenan de vida e iniciativa Emilio Arenzana y su equipo de colaboradores.
Hace justo cien años un nutrido grupo de riojanos fundó la Casa de La Rioja en Guipúzcoa durante una histórica asamblea celebrada en el Teatro Victoria Eugenia (http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2597395), cuyo gerente era el riojano Federico Ferreirós, y prendió una mecha que aún hoy alumbra a la colonia de riojanos que viven en San Sebastián y otras localidades guipuzcoanas.
Por eso, en primer lugar, es necesario reconocer el esfuerzo de todos los hombres y mujeres que han hecho posible este centenario, desde su primera sede en el Café del Balneario La Perla hasta la actual, situada en el paseo de Salamanca (google maps), sin olvidar el gran trabajo realizado en los años 90 por Luis Fernández para recuperar el prestigio perdido.
Esta efeméride nos permite poner en valor la importante labor de difusión de nuestra región que, a través de sus más de 2.500 socios, realizan los 18 centros riojanos (http://www.larioja.org/npRioja/default/defaultpage.jsp?idtab=453978) (11 en el exterior) y el gran impulso que éstos han dado a las relaciones de todo tipo con las comunidades o países donde están establecidos.
De entre todos ellos, la Casa de La Rioja en Guipúzcoa es el segundo más antiguo y, a lo largo de estos cien años, no sólo ha permitido a sus miembros mantener los vínculos con nuestra tierra, sino que ha ayudado a forjar lazos de entendimiento y amistad entre riojanos y vascos.
Todo ello ha contribuido a que se nos conozca mejor en el País Vasco y a hacer región. Porque La Rioja somos todos y la hacemos entre todos. Los de dentro y los de fuera: aquellos que viven lejos de su tierra, pero que no por ello han dejado de ser y sentirse riojanos, pues ser riojano es un orgullo, una actitud ante la vida y un modo de ser.
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Todos los días tenemos cien motivos -al menos- para celebrar con orgullo que somos riojanos. Pero no todos los días un grupo de riojanos puede celebrar con orgullo cien años. Y eso es lo que hicieron, lo que hicimos, el pasado sábado los riojanos en San Sebastián.

16 de noviembre del 13, fecha del centenario de la fundación de la Casa de La Rioja en Guipúzcoa, que lo hizo en sus orígenes bajo el nombre de Círculo Riojano de San Sebastián y actualmente llenan de vida e iniciativa Emilio Arenzana y su equipo de colaboradores.

Hace justo cien años un nutrido grupo de riojanos fundó la Casa de La Rioja en Guipúzcoa durante una histórica asamblea celebrada en el Teatro Victoria Eugenia, cuyo gerente era el riojano Federico Ferreirós, y prendió una mecha que aún hoy alumbra a la colonia de riojanos que viven en San Sebastián y otras localidades guipuzcoanas.

Por eso, en primer lugar, es necesario reconocer el esfuerzo de todos los hombres y mujeres que han hecho posible este centenario, desde su primera sede en el Café del Balneario La Perla hasta la actual, situada en el paseo de Salamanca, sin olvidar el gran trabajo realizado en los años 90 por Luis Fernández para recuperar el prestigio perdido.

Esta efeméride nos permite poner en valor la importante labor de difusión de nuestra región que, a través de sus más de 2.500 socios, realizan los 18 centros riojanos (11 en el exterior) y el gran impulso que éstos han dado a las relaciones de todo tipo con las comunidades o países donde están establecidos.

De entre todos ellos, la Casa de La Rioja en Guipúzcoa es el segundo más antiguo y, a lo largo de estos cien años, no sólo ha permitido a sus miembros mantener los vínculos con nuestra tierra, sino que ha ayudado a forjar lazos de entendimiento y amistad entre riojanos y vascos.

Todo ello ha contribuido a que se nos conozca mejor en el País Vasco y a hacer región. Porque La Rioja somos todos y la hacemos entre todos. Los de dentro y los de fuera: aquellos que viven lejos de su tierra, pero que no por ello han dejado de ser y sentirse riojanos, pues ser riojano es un orgullo, una actitud ante la vida y un modo de ser.

Fotografías: EFE / Juan Herrero.

Autol, un municipio volcado en la proyección de la seta y el champiñón

Este pasado fin de semana el municipio de Autol se ha volcado en cuerpo y alma en promocionar, a través de sus jornadas, los dos productos que le dan fama nacional: el champiñón y la seta. Productos que ya se han convertido en un icono de la localidad, como el Picuezo y la Picuela. Y eso hay que felicitarlo.

Cuando muchas personas dedican muchas horas de trabajo, de ilusión y empeño para atraer gente a su localidad y divulgar las bondades del champiñón, el objetivo se consigue. Y por eso, cada año más gente conoce su calidad, y cada año aumenta el consumo de este sector, que aúna hasta decenas empresas en torno a la Marca de Garantía ‘Champiñón y setas de La Rioja’.

Un pueblo unido, como he dicho volcado; con un alma máter que se desvive las 24 horas del día como es Cati, su alcaldesa; de la mano de todas las instituciones y de la mano del sector; para todos juntos hacer Rioja, porque cuando hablamos de champiñón estamos hablando de La Rioja: somos los principales productores de España (60.000 toneladas de champiñón y más de 5.000 toneladas de seta). Y no olvidemos que en La Rioja se concentra el 8% de la producción europea.

Jornadas así unen un municipio, le dan vida, lo revitalizan y le dan mucho impulso. Tanto industrial, como turístico y gastronómico. Estas jornadas, en su quinta edición, han sabido aunar la divulgación de lo nutritivo y culinario, de la apuesta por la innovación de sus empresas, la internacionalización… como una amplia oferta de ocio que recorría el deporte, la artesanía, el teatro… Todo ello se traduce en un éxito de afluencia de público extraordinario. Hasta el tiempo –en estas alturas del año- fue buenísimo.

Por eso quiero felicitar de corazón a todos los catones por saber reivindicar el segundo sector económico con más peso de nuestra región. Y hacerlo con proyección de futuro, planteando que hay mucho potencial por recorrer, con un claro objetivo, consolidar las empresas y crear todavía más empleo gracias a un producto, que como bien pude comprobar, está para chuparse los dedos.