Tradición, turismo y emprendimiento, en torno a la Alpargata de Cervera

Se acerca el puente de Todos los Santos, días para estar en familia, y días que mucha gente aprovecha también para hacer turismo. Yo les invito a conocer mi zona, el valle del Alhama. Y lo hago para recomendarles -y para reconocer- una valiente apuesta por la tradición, el turismo y el emprendimiento: el nuevo hotel y museo de la alpargata, en Cervera.

Puesto en marcha hace apenas dos semanas, este nuevo museo etnográfico supone un nuevo punto de atracción cultural y turística, dentro de la variada oferta de La Rioja Baja. Y lo hace desde un punto de vista novedoso, ya que aúna cultura y alojamiento en el mismo lugar; algo que, en mi opinión, puede suponer un estímulo para los visitantes. Por otra parte, se trata de un paso adelante, una importante innovación, en lo que conocemos como turismo rural. Sin olvidar la inversión realizada, de 1,3 millones de euros, rehabilitando un histórico edificio.

El Museo de la Alpargata deja patente la importancia que la industria del calzado ha tenido en la configuración de la comarca de Cervera, conocida como cuna de la alpargata. Un calzado sano y natural, muy ligado también a nuestro folclore, cuyo origen se remonta a muy antiguo y está vinculado al cultivo del cáñamo, muy extendido en la vega del Alhama Linares, que encontraba en esta especie vegetal un buen complemento a los trabajos de la industria textil. Esta industria ha seguido ininterrumpidamente hasta nuestros días, ha sabido renovarse, apostar por el diseño y la innovación, y cuenta actualmente con un buen número de empresas registradas, bajo este sello artesanal que es garantía de calidad y tradición.

Sobran los motivos

Sobran los motivos para acompañar cada año a los miembros de ASPACE, la Asociación de Atención a las Pesonas con Parálisis Cerebral de La Rioja. “¿Te vienes? Sobran los motivos” era el lema de la XIX edición de la marcha solidaria, y es que hay tantas razones, tantos motivos como marchosos participamos el pasado domingo para colaborar de forma solidaria con ellos.

La #MarchaAspace es un buena cita para relajarse, dejar cargos y obligaciones a un lado, y participar en lo que se ha convertido ya en un acto histórico para La Rioja. Histórico porque más de 85.000 participantes y casi 30 ediciones lo avalan, según los datos que me daba Manoli Muro, su presidenta. Hay que ensalzar la labor de esta entidad para buscar la integración social y laboral de las personas con parálisis cerebral y agradecer todo el apoyo y la solidaridad de toda la sociedad riojana. Histórico porque creo que vi más jóvenes que nunca, y sobre todo, muchas familias. Pocos domingos se ve en la capital tanta gente con zapatillas y mochila, si no es por una buena causa.

Con los vaqueros puestos, y con la compañía de Manoli, Emilio, Nacho, Carlos, Carmen, Conchi y tantos y tantos amigos, resultó una jornada en lo climatológico muy agradable para estas alturas del año, y en lo físico muy llevadera, sobre todo por el buen ambiente en que discurre. Antaño, cuando tenía 35 kilómetros, costaba un poco más terminarla. Pero las gentes de Villamediana, Alberite, Lardero y Logroño se volcaron -un año más- con los marchosos que, punto por punto, fuimos sellando la tarjeta hasta concluir los 20 kilómetros.

En definitiva, una fiesta de la solidaridad, llena de globos, flores, colorido y, sobre todo, sonrisas, que tuvo su remate final a la llegada, con un concierto de música, y un sabrosísimo plato de patatas a la riojana. Enhorabuena a los organizadores, a los voluntarios de Cruz Roja, Protección Civil… y de parte de la organización, gracias a todas las empresas y entidades colaboradoras, y especialmente a todos los marchosos.

(La foto de es Juan Marín, Diario La Rioja)

Kike, el príncipe de la sonrisa

kike

Kike es de Albelda, tiene sólo 17 meses y es un niño, como todos, ansioso por ver el mundo, con una alegría en su rostro y una ilusión en sus ojos que solo se tiene cuando es niño. Lo que le diferencia a Kike, lo que le hace especial al ‘Príncipe Valiente’, porque así le llaman sus padres, Natalia y Enrique, es que padece una enfermedad muscular degenerativa, que le afecta de manera progresiva a las neuronas, al sistema respiratorio y a los músculos.

Solo cuando has sido padre –en mi caso padre y abuelo ya- comprendes realmente lo que esto significa. Y te solidarizas con sus padres, a los que ves trabajar de forma incansable, con todas sus fuerzas para encontrar un tratamiento –que todavía no existe- a su enfermedad.

El Príncipe Valiente ha conseguido que no sólo su familia, no solo su pueblo, sino toda la región, conozca su caso, cómo es su vida y la de tantos pacientes con enfermedades raras. La presentación este viernes del libro que lleva su nombre, ‘Kike, el príncipe de la sonrisa’, escrito por Antonio de Benito, me sirvió para conocerle, y transmitirle todo mi cariño. La recaudación de su venta se destinará para garantizar el bienestar del pequeño. Una iniciativa, cultural y solidaria, que se suma a la campaña de recogida de tapones en la que ya participan colegios, supermercados y empresas de toda La Rioja con el fin de recaudar fondos.

Fue un acto realmente emotivo. Mucha fuerza, Kike.

Hoyos de Iregua, cita ineludible en otoño

Es ya una cita ineludible en el calendario. Cada primer domingo de octubre, el que los cameranos llaman “domingo del rosario”, Villoslada acoge la marcha senderista a Hoyos de Iregua. Y claro, si un buen amigo como José Ignacio te invita a hacerla, pues no hay excusas que valgan. El buen rato, la conversación y un mejor almuerzo están asegurados.

La marcha de Hoyos, en estas 19 ediciones, ha sabido aunar un paraje excepcional, la sierra de Cebollera; una época muy propicia, el inicio del otoño, tiempo de berrea, días en que brotan las primeras setas de la temporada; y una organización cuidada al detalle. Todo ello aunado es garantía de éxito.

A pesar de la lluvia, la niebla, a pesar de la fuerte pendiente inicial (fortísima diría yo), llegar a enclaves como el del Mojón Alto y divisar desde allí Cebollera, Urbión, la Demanda, las Viniegras, es un placer que solo se puede obtener sudando. Porque madrugando, subiendo a pie hasta allí, todo adquiere un mayor valor. El monte parece más bonito y hasta el bocadillo te sabe mejor.

No es la primera vez ni será la última. Volver a recorrer las majadas que transitaban nuestros mayores, empaparse de la más verde naturaleza, y hacer deporte en compañía de un buen amigo, bien valdrá anotarse en la agenda la próxima edición de esta marcha.