Ángela Bachiller es la primera concejala de España con Síndrome de Down. No le gusta la política, según ella misma dijo, pero con su gesto -desde la normalidad- está ayudando mucho a la política, y ayuda mucho a toda la sociedad. Porque el suyo ha sido un gran paso adelante para la normalización del día a día de las personas con Down.
Las instituciones debemos apostar firmemente por la integración e igualdad de oportunidades, así como por mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y sus familias. En el caso de La Rioja, Gobierno y Parlamento cuentan con excelentes trabajadores con síndrome de Down y son muchas las empresas, con conciencia social, que creen posible su integración gracias a la contratación de personas con discapacidad intelectual.
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No voy a descubrir hoy a nadie mi especial sensibilidad hacia este colectivo, que se remonta a la fundación de Asprodema en mi etapa laboral en el Marqués de Vallejo, y a quienes cada vez que puedo me acerco para animar, apoyar y compartir un rato con ellos. Campamentos como el que organizan en verano les permiten la oportunidad de avanzar en su desarrollo integral también en vacaciones.
Ángela, natural de Valladolid, auxiliar administrativo de profesión, que tiene el esquí como afición, y pasa sus ratos libres estudiando piano e inglés pone hoy rostro a tantos jóvenes, a tantas personas, que reivindican tener una vida independiente, que piden tener una vida normal. Jace poco tiempo conocíamos el rostro de Pablo Pineda, primer licenciado europeo con síndrome de Down. Su tenacidad, su valentía, ejemplo de integración laboral e incorporación a la vida política son ejemplo, estímulo y modelo de superación para todos.
En ese tren íbamos todos. Toda La Rioja y toda España sintió como suya la tragedia desde el primer minuto. Días después del accidente supimos que también viajaban en él dos riojanos: Rosa María, de Logroño, y Francisco, de Alfaro. Toca investigar las causas, las responsabilidades, y trabajar por mejorar la seguridad de nuestro sistema viario.
Pero hoy no cabe sino estar con las víctimas, con sus familias, apoyarles en lo que necesiten. Acompañarles en el Funeral Oficial que se ha oficiado en la Catedral de Santiago. Descansen en paz.
Solidaridad con Galicia, con el pueblo gallego, con Santiago de Compostela, y sobre todo con los heridos y los familiares de todas las víctimas. Eso es lo que queremos transmitir desde La Rioja, nuestras condolencias, todo nuestro apoyo y disposición para colaborar.
A pesar de la consternación y el hondo pesar que todos sentimos esta mañana del 25 de julio, la tragedia vivida anoche nos hace reflexionar sobre la grandeza de las gentes de este país. Centenares de personas movilizadas desde el primer minuto para ayudar, llevando mantas, enseres, haciendo largas colas para donar sangre para los heridos.
Los pueblos gallego y riojano han estado siempre hermanados por nuestras raíces culturales, por nuestra tradición y han estado unidos históricamente por el Camino de Santiago. Pero no hay camino sin peregrinos, y es la solidaridad de esos peregrinos el mejor de los valores que nos haya dejado la ruta Jacobea.
Ese espíritu solidario ha estado siempre presente en La Rioja y en Galicia porque por encima de rutas y caminos, lo que nos une son las personas. Hace 10 años, durante la tragedia del Prestige los riojanos demostraron ese valor de la solidaridad con el pueblo de Muxía. Hoy lo volvemos a expresar: el pesar y el cariño a las familias de los fallecidos –cuyo número aun no cesa de crecer-, el calor y nuestros deseos de una satisfactoria recuperación a los heridos, la colaboración entre instituciones, y todo nuestro agradecimiento a trabajadores y voluntarios de los cuerpos de emergencias.
Tan solo unas horas antes el pueblo está tranquilo. Los abuelos, que en su día también se tiraron por la cuesta, ayudan a los nietos a enfundarse las medias, la blusa, el chaleco… y lo más difícil, a subirse a los zancos. Solo ocho mozos son los afortunados. Casi 50 centímetros les van a separar del suelo, 50 centímetros de madera que los entroncan con una tradición de siglos. Es el día grande de Anguiano, la Magdalena.
Más que una tradición, es todo un rito lo que he podido vivir hoy en Anguiano, municipio del Najerilla internacionalmente conocido por su folclore, atestiguado ya en 1603. Sus danzadores son emblema e icono de nuestra región, y saben transmitir generación tras generación el amor a sus raíces, la pasión por la cultura de su pueblo, que es en definitiva el secreto mejor guardado para no caerse durante el descenso.
A Gerardo, su alcalde, gracias por la invitación para participar en los actos, y gracias por darnos a probar ese pan y ese exquisito queso que elabora de la manera más tradicional. Y al danzador que ha sufrido una pequeña lesión de rodilla, mis ánimos para que siga bailando cuanto antes.
Sólo el esfuerzo, la dedicación y el trabajo en común consiguen que un proyecto alcance el éxito y con los años pueda cumplir su 50 aniversario. Los hombres y mujeres que apostaron en la Nájera de 1963 por aunar fuerzas y crear la bodega cooperativa de Nájera sabían que ésa era únicamente la clave para conseguir que su empresa saliera adelante. El paraje, la materia prima y el saber hacer eran garantías de un futuro esperanzador.
El modelo de cooperativas está demostrando su competitividad y su capacidad para hacer frente a las adversidades en la actual coyuntura económica. Se trata de una magnífica recompensa al trabajo que realizan los agricultores para extraer la mayor calidad de sus viñedos, con los que se elabora un gran vino de Rioja que nos permite estar presentes en los mercados internacionales de manera notoria y privilegiada.
Medio siglo después se su creación, les rendimos homenaje a los 126 socios fundadores y a los expresidentes de la Sociedad Cooperativa Bodega Real de Nájera, que suma en la actualidad 200 socios, que en conjunto reúnen una superficie de 640 hectáreas dedicadas al cultivo de vid dentro de la DOC Rioja, y producen cerca de 4,5 millones de kilogramos de uva cada año.