Desde el corazón de una bodega, que simboliza la esencia de La Rioja, quiero felicitaros las fiestas navideñas y haceros llegar mis mejores deseos de paz, alegría y bienestar.
2012 ha sido un año muy difícil. Un año en el que los efectos de la crisis económica que golpea a España con dureza se han notado también en nuestra región, por lo que el Gobierno de La Rioja ha tenido que tomar importantes decisiones pensando en el presente y en el futuro.
Combatir el paro, cumplir los objetivos de déficit y estabilidad presupuestaria, defender los intereses de La Rioja y mantener la calidad de la educación, la sanidad y los servicios sociales han sido y son nuestras prioridades.
Por ello, hemos tenido que realizar grandes esfuerzos y sacrificios, que hoy deseo reconocer y agradecer a todos los riojanos. Renuncias que no han sido en vano, porque, gracias al trabajo de todos, La Rioja va a iniciar 2013 como una comunidad solvente y fiable. Sin subir los impuestos, con las cuentas saneadas y menos administración, con la tasa de paro más de tres puntos por debajo de la media y sin sobrepasar el límite del déficit.
El pasado 8 de diciembre se cumplían 200 años de una fecha simbólica para nuestra Comunidad, la Convención de Santa Coloma. En dicha reunión participaron representantes de 59 municipios que reclamaban la antigua demarcación de La Rioja, que se constituyera en provincia separada de las de Burgos y Soria y se gobernara por sí misma. Dicha petición se elevó a las Cortes de Cádiz contando con el apoyo explícito de sus Ayuntamientos.
Por ello, la conmemoración del bicentenario volvió a reunir en el mismo municipio, Santa Coloma, en la plaza que dedica su nombre la Convención, a los representantes democráticos de esos municipios. Representantes que hoy y en 1812 -y hago mías las palabras del Presidente del Parlamento- “estaban condicionados por un valor superior, el del buen gobierno, un ideal ético que también estaba presente en la Constitución de Cádiz”.
Dos siglos después, valoramos la labor de los ayuntamientos, una figura institucional clave en estos 30 años de democracia, partícipes y protagonistas de nuestra historia autonómica, que ha supuesto la etapa de mayor desarrollo de la región, siempre al servicio y en contacto directo con sus vecinos.
La Convención, su fecha, Santa Coloma, su plaza… suponen todo un símbolo de la identidad riojana. En todo ello se vislumbra una ilusión aún viva, un proyecto colectivo vigente, de muchos hombres y mujeres que deseaban dejar constancia de un sentimiento compartido, de unas señas de identidad que les unían, de unas ganas de trabajar y construir de forma conjunta.
Estoy seguro de que para vencer buena parte de las dificultades económicas que nos acechan nos debe servir el espíritu de estos 200 años de identidad compartida.