Tres diputados y la mano tendida

rajoysanz
Cuando estuvo aquí, le prometí tres diputados. Fue en su visita a ARPS, ya en plena campaña electoral, cuando me comprometí con Mariano Rajoy y Viri, su mujer, a que La Rioja sumaría tres diputados a la victoria del Partido Popular. Y los riojanos, cumplimos.

El Partido Popular de La Rioja consiguió el pasado 20N los mejores resultados de la historia de esta Comunidad. Ha pasado ya una semana desde las elecciones, y ya en frío, conviene valorar estos datos, que no son meras cifras, sino que son el resultado de lo cultivado desde 1995. En estos tres escaños, que implican 40.000 votos de diferencia, más de 23 puntos de distancia, se ven reflejados muchos años de proyecto popular. Por eso, La Rioja se identifica cada día más con estas siglas, con este proyecto cuya firma llevan las principales obras de la Comunidad.

En estos resultados, quiero hoy reconocer el trabajo de mucha gente, votantes, afiliados, simpatizantes, concejales, etc. que después de la victoria, supieron celebrarlo con alegría, pero con contención, con respeto y con responsabilidad. Esa es una de las señas que hacen grande un partido: que ese saber estar, ese sentido de estado, ese compromiso, debe estar presente desde el primero hasta el último de los afiliados, en los momentos de alegría y en las derrotas.

Y quiero agradecer a toda la sociedad española el apoyo prestado hacia Mariano Rajoy. Lo digo yo que tanto le debo, porque mi elección como presidente del PP riojano fue de su mano. Los ciudadanos van a descubrir a un Mariano Rajoy que no conocen. Un hombre previsible, que va a proporcionar la estabilidad y el equilibrio que tanto necesita este país; un hombre con mucha conciencia de lo que tiene que hacer, con mucha responsabilidad y rigor.

A Rajoy los riojanos le brindamos nuestros tres diputados porque sabemos que es un firme defensor de la igualdad de territorios, porque va a defender La Rioja y España por encima de todo. Y le tendemos nuestra mano porque sabemos que sin esfuerzo y sin sacrificio no habrá ni confianza ni actitud para poder salir de esta situación. Por eso remaremos codo a codo con Rajoy país para luchar juntos contra la crisis y salir de ella.

Dos años en la red

Copia de 01

Hace unos días este blog cumplió dos años. Uno intenta sacar más tiempo para ofrecer una cara menos política del que suscribe, pero muchas veces no lo consigue. Me hubiera gustado actualizarlo más y ser más activo pero aún así, lo considero todo un logro por el contacto directo y constante que me ha proporcionado con los ciudadanos.

Digamos que me considero, echando la vista a estos dos años en la blogosfera, una especie de corredor de fondo. Poco a poco, pero constante. Soy contrario a los blogs de campaña, que nacen con una fecha de caducidad ya marcada; a los perfiles de candidato que no tienen vida fuera de campaña electoral. Aunque reconozco que he participado, con mucho gusto, en este tipo de iniciativas, del tipo videochats, encuentros digitales, que son más frecuentes en periodo de comicios.

Una cara menos política sin caer en la privacidad personal. Siempre he considerado las redes sociales como una excelente oportunidad para la enseñanza y el aprendizaje. Para la comunicación. Ése es también el enfoque que pretendimos darle al perfil en facebook, que acaba de superar el millar de seguidores: considerando que no lo administro personalmente, me demuestra las grandes ventajas de las redes como canales de información. Canales bidireccionales, de información y participación, imprescindibles entre las generaciones más jóvenes y cada día más entre los adultos.

Todo ese avance hay que considerarlo de la mano también del desarrollo de la tecnología -he de confesar que desde unos meses, soy usuario, casi adicto se podría decir, al IPAD, y las múltiples posibilidades que ofrece-. Un desarrollo de teléfonos, equipos, ordenadores, que facilitan el trabajo y la vida de las personas. Un poco como lo que debe suponer la política, facilitar el trabajo y el día a día de nuestros ciudadanos.

Creer en nosotros mismos

Soy un gran aficionado del motor, de todo lo que tenga que ver con coches y camiones. No tanto de las carreras, sino más bien de la parte mecánica, desde cambiar el aceite hasta desmontar pieza a pieza todo un motor. Disfruto como un niño cuando me invitan a la presentación de un modelo nuevo, o cuando asisto a las ferias de maquinaria donde se exponen los últimos modelos, aunque mi debilidad, lo reconozco, son los coches antiguos.

Por eso hoy es un día especial para mí, porque alumnos de la Universidad de La Rioja han presentado esta mañana un prototipo de coche eléctrico, made in Rioja. Limpio y silencioso, con cero emisiones contaminantes, de ahí su nombre, el Zemic. Su motor ofrece un rendimiento superior incluso al de motores convencionales, pero con un consumo inferior a 2 euros a los 100 km (frente a los más de 10 € que puede consumir un coche normal).

En su diseño han participado casi 20 personas, alumnos, ex-alumnos y profesores de la escuela de ingeniería industrial de la UR y ha supuesto para tres de ellos (Roberto, Santiago y Pablo) el proyecto de licenciatura, que bien han merecido la matrícula de honor obtenida. A todos ellos, mi enhorabuena y mi apoyo para seguir emprendiendo nuevos proyectos y mejorando el presente. Hay que mejorar un poco la dirección (algo dura por el momento) pero es muy agradable de conducir. Y, sobre todo, es un orgullo porque nace de la colaboración entre instituciones y empresas riojanas, un ejemplo de los beneficios de la apuesta por la innovación. Es un orgullo que haya sido concebido, planificado y ejecutado con talento y tecnología de nuestra región, atendiendo a la creciente demanda social de respetar y proteger el medio ambiente, además de ofrecer una alternativa ecológica a la movilidad de los ciudadanos en núcleos urbanos. Creer en nosotros mismos, ahí está la clave de de la innovación y del éxito.

PD: A la hora de publicar este post, descubro que tal día como hoy, hace dos años, el 8 de noviembre de 2009, puse en marcha este humilde blog. Dos años, 120 entradas, y todavía, tanto por decir.