No suelo hablar de temas más ‘políticos’ en el blog, pero hoy el Boletín Oficial de La Rioja publica la declaración notarial del patrimonio de cada uno de los miembros del Gobierno que presido, que ya recogía el Registro de actividades, bienes patrimoniales e intereses. Se publica con el mismo modelo que el del Gobierno Central, aunque no en todas las Comunidades se hace esto, y aquí con más garantías porque se hace ante notario.
Por eso, quiero usar también esta ventana para informar de que mi única actividad en estos años ha sido y es la de Presidente del Gobierno. Y no hay nada en esta vida que me haga sentir más orgulloso, que el dedicarme por entero, con todas mis fuerzas, a trabajar por mi tierra. En este sentido, el sueldo del Presidente es conocido y público, 71.886 euros brutos anuales, y la ley que lo contempla fue aprobada por unanimidad de todos los grupos políticos en el Parlamento de La Rioja.
Quería dar algún dato más concreto de lo que aparece hoy publicado en el BOR. En cuanto a mi patrimonio, y no doy ubicaciones por razones obvias, mis bienes son los siguientes:
- la vivienda familiar, en Logroño, un piso en el que resido desde hace 26 años y cuya escritura está fechada en 1985;
- una finca de ocio en el medio rural, de la que ya he hablado en otras ocasiones en este blog y en la que paso mis pocos ratos de descanso. Tiene una sencilla edificación y una pequeña piscina prefabricada. La escritura de la finca es de 1982;
- dos plazas de garaje cerca del piso; la primera escriturada en 1997, con trastero; la segunda es del año 2002, y es de concesión administrativa por 75 años. Las dos para uso de mi hija (mientras vivía con nosotros) y de mi suegro;
- y un vehículo que es más un capricho que otra cosa, un SEAT 600 del año 1950. No poseo ni utilizo otro coche, excepto cuando he de hacer viajes particulares de larga distancia en los que hago uso del vehículo de mi suegro (es una de las ventajas que tiene el que tu mujer sea hija única).
Y para concluir, en cuentas bancarias, en planes de pensiones y plazos fijos, el valor de rescate de los bienes que tengo es de 194.797 euros, en los que se incluye la herencia recibida tras la muerte de mi padre. Esto es todo.
Pero también he de decir que mi principal patrimonio son todos aquellos hombres y mujeres que en los años que llevo de Presidente me han acompañado y han trabajado por La Rioja, desde el primer consejero hasta el último concejal del pueblo más pequeño, y sobre todo, y por encima de todas las cosas, mi principal patrimonio es mi familia.
Con la sinceridad que les caracteriza a los niños, y con muchísima gracia me ha contestado uno de los alumnos: “somos todos de Medrano menos el profesor”. Y es que esas aulas me recordaban a las aulas de mi niñez en Igea, aunque las de ahora incorporen hasta ordenadores y más colorido, se respira en ellas la esencia de la Educación con mayúsculas, el ansia por querer aprender y reside en ellas la auténtica vocación del profesor.
20 niños son los que conforman la sección de Medrano perteneciente al CRA de Nalda. Colegios rurales agrupados (que eso es un CRA) a veces tan poco valorados o tan desconocidos. En una región como la nuestra, con tantos municipios, 174 nada más y nada menos, el trabajo a realizar en estos colegios del mundo rural es fundamental para toda la Comunidad, así como las figuras de sus docentes, con una labor impagable, desplazándose muchos de ellos todos los días desde la capital hasta pueblos tan distantes como el mío, Igea, como las Viniegras, u otros incluso más lejanos. En estos centros una sencilla reforma puede suponer mucho.
Lejos de ambicionar grandes proyectos de nuevos edificios, estos colegios exigen soluciones imaginativas, pequeñas ampliaciones, nuevos equipos, materiales… todo para contribuir al altísimo nivel de calidad en la educación que La Rioja se ha marcado en los últimos años y que la comunidad internacional así nos ha reconocido. En Medrano ha habido que quitarle un salón al bar para dárselo a la escuela. Los vecinos saben qué es prioritario en esta vida y la educación lo es.
Ahora los alumnos de Medrano cuentan con tres aulas, la de infantil (la nueva y más amplia), la de primaria y otra de apoyo. De eso se trata la política, de tomar decisiones que beneficien a todos, al bien común. De dar soluciones. La educación de los riojanos del futuro lo merece.
Alfaro se ha convertido esta semana en la verdadera capital de La Rioja. La inauguración de la quinta edición de La Rioja Tierra Abierta convierte a la ciudad alfareña en el foco de atención cultural, turística y económica de nuestra región durante los próximos meses. Por los menos hasta el 12 de octubre, fecha en que se clausura la exposición. Y digo Ciudad, porque ese título que le otorgara Felipe IV, hace ahora 400 años atrás, es el que nos hace mirar a una época, la del barroco español, la España de los Austrias, que supone el leitmotiv de la muestra.
Alfaro resplandece con el siglo de Oro y reivindica el arte de su Colegiata en todo su explendor: el trabajo de las distintas Administraciones Públicas, Fundación Caja Rioja y la Diócesis han conseguido recuperar el patrimonio histórico-artístico de Alfaro, de incalculable valor, y poner en valor la colegiata de San Miguel, prueba fehaciente de la voluntad de un pueblo y el principal legado de esta exposición.
Un pueblo que ha querido implicarse con entera voluntad. Un municipio que pretende recuperar su orgullo a través de una exposición que supone ya un aliciente, un motor para el desarrollo del sector turístico y del sector servicios de Alfaro, una exposición que va a marcar un antes y un después en la historia de la ciudad.
Son cinco ediciones ya y no me equivoco si digo que no hay quinto malo. Quisimos en su día organizar una muestra que diera a conocer La Rioja más allá de nuestras fronteras, que pusiera en valor los recursos patrimoniales, naturales y culturales de nuestra región, y que contribuyera a la profunda transformación que hemos ido experimentando en los últimos tiempos. Y personalmente estoy convencido de que Alfaro barroco ha superado todas las expectativas.
No se la pierdan.
El deporte riojano vive un gran momento en nuestra Comunidad: desde el profesional más laureado hasta el escolar menos conocido son miles los riojanos que cada semana, cada día, se entrenan para defender sus colores en tantas disciplinas deportivas. Y como sociedad, hemos de empaparnos y compartir los valores tan positivos que el deporte transmite.
No puedo ocultar mi orgullo por el papel que está realizando esta temporada en Europa el Naturhouse de balonmano; mi satisfacción por el Knet Rioja de baloncesto, a punto de conseguir el ascenso a la Leb Oro. El voleybol en nuestra comunidad tiene nombre de mujer y garantía de éxito: las chicas del Haro Rioja Voley estarán acompañadas esta próxima temporada por las murillejas del Nuchar Eurochamp en la Superliga femenina, tras su reciente ascenso.
Todos ellos, junto a nombres como el de Fernando Llorente, nuestro campeón del mundo, han de ser el aliciente para que niños y niñas de los clubes más humildes, a través de los juegos deportivos de La Rioja, vayan forjándose como mejores deportistas y como mejores personas, porque los valores del esfuerzo, la competitividad, el trabajo en equipo y la solidaridad se dan la mano en el deporte.
Ójala tuviéramos clubes en las más altas categorías de todos las disciplinas. En este sentido he de referirme al deporte Rey, al fútbol, a cuyos clubes deseo la mejor de las suertes: porque hay una gran afición y mucha gente involucrada en ello, el fútbol ya nos vuelve a dar alegrías. Pero es importante no olvidar la cantera.
Yo siempre me he pronunciado como seguidor de la pelota a mano, quizás por haberla mamado desde pequeño en mi pueblo, en Igea. Los hermanos Merino, Gorka, Cecilio o Rico, junto a Titín, son algunos de los pelotaris riojanos que nos van a hacer vibrar este año en nuestros frontones. Sirva su trabajo para reivindicar también un deporte minoritario, como la pelota, pero que muchos riojanos llevamos en la sangre. Para nada desconchado, sino con mucha tradición y con gran futuro.
PD: La foto que ilustra este texto corresponde a la portada de “La pelota en La Rioja”, libro que presentaban la semana pasada Sergio Andrés y Javier Castro, y cuya lectura recomiendo.