Una cita pendiente en Fuenmayor

malaria

Tenía una cita pendiente porque en la anterior visita así me comprometí: volver a cenar con los amigos de la sociedad gastronómica La Malaria, de Fuenmayor.

No os voy a volver contar la clase de gente que son: me remito a lo escrito hace ahora un año. Pero sí que quiero destacar el fenomenal ambiente que hay entre ellos y la buena excusa que es, dejando a un lado la agenda y la política, para una tarde de jueves (que el fin de semana hay que dedicarlo a la familia).

Esta vez le tocó a Víctor hacer de cocinero, y la verdad es que lo preparó al más puro estilo de nuestra tierra: embutido casero, cardo y bacalao a la riojana, con buen vino, claro está. Todo exquisito.

Gracias por vuestro trato y por el recuerdo con que me obsequiasteis. Queda pendiente para la próxima… ¡la partida de mus!

Con nombre y apellidos

En estos tiempos en que la clase política está tan mal valorada  quiero reivindicar la dedicación de personas como Nicomedes, como Neftalí o como José, o tantos alcaldes y concejales de nuestra región, que se desvelan día y noche por sus municipios y por sus vecinos. Personas con nombre y apellidos, aunque no salgan en los periódicos, ni inauguren inversiones millonarias.

Nicomedes Ruiz, Neftalí Isasi y José Ayala tienen en común que son Alcaldes. Lo hacen por vocación, sin remuneración económica alguna. Y han compartido durante este fin de semana la alegría de ver cómo alguno de sus proyectos se hacía realidad. Son personas perseverantes a la hora de bajar a Logroño, de reunirse con quien haga falta sin parar de reclamar, por pequeñas que puedan parecer, mejoras para sus pueblos. Porque son quienes mejor conocen su municipio.

Por eso, quiero que estas fotos de la entrega de títulos de la concentración parcelaria realizada en Galbárruli, de la puesta en marcha del nuevo consultorio médico de Cihuri y del encendido del nuevo alumbrado público de Azofra, sirvan como homenaje a tantos cientos de riojanos que se dedican a la política por amor a su pueblo, a su tierra, sin fama reconocida pero con rostro, con nombre y apellidos.

PD: A ellos va dedicado este texto pero también a Pepe y a Esperanza, para quienes deseo una pronta recuperación.

Cómo recuperar nuestros orígenes: balneario de Grávalos

Hablarles de Grávalos es hablarles de mi zona, de mis raíces, de mi juventud: cuántas vacas habremos corrido en sus encierros. Es un pueblo que ha sabido conservar sus tradiciones (una muestra es el ciclo de navidad, la misa de pastores, etc.) y poner en valor sus orígenes, recuperando estos últimos años su balneario para apostar fuerte por su futuro.

Hablarles del balneario me hace echar la mirada cuatro años atrás, cuando después de casi un siglo de abandono, comenzamos su rehabilitación. Qué imagen tan diferente. Saldamos así una deuda que el pueblo tenía consigo mismo por tener el balneario cerrado, un centro termal que tuviera su momento más álgido en el siglo XIX, junto a los de Arnedillo, Cervera y Fitero, ya en territorio navarro. Una deuda que tenía La Rioja porque recuperamos así uno de los edificios más emblemáticos del patrimonio urbano de nuestra región. Patrimonio de gravaleños y de todos los riojanos.

Y es que quizás una de las mejores bondades, una de las mayores riquezas que tiene La Rioja, y al mismo tiempo menos conocida, sea la abundancia y calidad de sus aguas mineromedicinales. El manantial de Fons Podrida de Grávalos da buena cuenta de ello: conocido desde la Antigüedad Romana, sus aguas, ricas en azufre, calcio, magnesio y manganeso, son recomendadas para el tratamiento de afecciones respiratorias, reumáticas, digestivas y dermatológicas.

Por todo ello, creo que la rehabilitación del balneario, que contará con 140 plazas de hotel, va a marcar el inicio de un año histórico para Grávalos, dotándole de un nuevo atractivo turístico, unido al incomparable paisaje, su riqueza natural y paleontológica, para impulsar la zona desde el punto de vista económico, con la imagen más moderna.